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domingo, 17 de febrero de 2013

Elvira Daudet: "El vellocino de oro", "Regreso" (CUADERNO DEL DELIRIO)


EL VELLOCINO DE ORO



Yo sé, siempre lo supe, que tú también me amaste;

lo gritaban tus ojos deslumbrados
por la luz que emanaba de mi cuerpo de niña

en su primer desnudo.

Tus labios se negaban a decirlo,
y sin embargo
"amor, amor"; musitaba tu boca
bebiéndome el aliento.
Tus caníbales dientes repetían:
"amor,amor"; mientras me devoraban.

Amabas mi inocencia sorprendida,
el temblor de mi carne de rosa encendida
que abriste dulcemente con tus labios,
y algunos brillos de mi inteligencia.

Cuando le puse el punto final a nuestra historia,
porque ya no era nuestra solamente
-había entre los dos una montaña
de ramas de canela como sexos,
y el canto de mujeres no amadas todavía
que en las cercanías del sueño oyen los hombres-,
sé que echabas de menos mi ternura.
Y que fuiste sincero cuantas veces pediste
que te abriera las puerta, llorando como un niño,
siempre que permitiera que salieras
a buscar el vellocino de oro cada noche.

Elvira Daudet: "El vellocino de oro" (CUADERNOS DEL DELIRIO)
INTRANAVEGANTES- EdicionesEvohé-



REGRESO


Vuelvo. He conseguido salir del agujero

que un día me engulló siendo muchacha.
La luz de la mañana me acaricia
como la tibia seda de unos brazos de madre.
Es cierto que entre tanto ha pasado la vida,
los amigos han muerto o no me reconocen.
¿Dónde están -se preguntan- sus ojos abismales
que asustaban de bellos y profundos,
la orgullosa mirada que exigía
el legado de los dioses? Ay, la felicidad.
¿Dónde se fue la flor de sus mejillas
y su cuerpo moldeado por el viento?

No me atrevo a decirles
que han pasado los años para todos
y tampoco son ellos lo que eran.
Sus fértiles cerebros,
donde ayer bailaban jubilosas las ideas,
son urnas de cenizas
donde la vida ardida pasa, melancólica,
su película de espectros.
La víbora salaz, antes guerrera,
inofensiva
se esconde arrugadita bajo un faldón de grasa.
El rojo corazón es hueso negro.

¿Podría confiarles que vuelvo de una guerra,
en las negras cloacas de mi alma,
con el saurio implacable que me habita
y se bebió goloso el dulce plasma
dejándome vacía como un traje?
Que quemé los candiles de los ojos
luchando con las sombras como un ciego.
Mi corazón alimentó alimañas,
mi cuerpo fue bocado de las ratas
de la traición, la rabia, el desamor.
¿Les entristecerían mis delirios
o me oirían lejanos,
desde la indiferencia de la muerte?

Como una pobre bestia que no puede quejarse
doy otra vuelta a la triste noria
y pido una sonrisa de limosna
que me alimente el día de esperanza.

Regresar del infierno es un viaje muy largo,
y no sé, al encontraros, si valía la pena.

Elvira Daudet  (CUADERNO DEL DELIRIO) INTRANAVEGANTES (EdicionesEvohé)


http://youtu.be/KV6vyqQ2xaw
Blogger Adriana Alba dijo...Hola Mateo, gracias por traernos a Elvira, prolìfica escritora, gracias por las pinturas siempre tan oportunas y bellas, gracias por tu visita y comentario enriquecedor.
Te dejo un abrazo grande y un poema de la Daudet que me encanta:


Rosa de Nieve




Como lagos del Norte en el verano

son sus ojos de dulcísima Ofelia,
puras gemas de azul desmesurado,
deslumbrantes faros de inteligencia.
Bandera clandestina, su salvaje
melena de walkyria ondea al viento,
panal de miel colmado, pide guerra
y designa al que debe morir en el abrazo.




Esta bella medusa, cuyo coraje asusta

pues parece que va a comerse el mundo,
vive en una montaña retirada,
leyendo y podando palabras como rosas.




Pero lo más hermoso no se halla

en las piedras preciosas de sus ojos,
los rizados helechos que coronan su frente,
tampoco en su bondad con los poetas.
Lo más hermoso es que cultiva un sueño:
una rosa de nieve llamada poesía,
a la que se ha entregado, a tumba abierta,
esta valiente mensajera de luz.




Vestal del dios tristeza, a Paloma

la salvará su amor por la belleza,
las palabras de arcángel que ha dejado grabadas
en las tablas de cuarzo del mañana.
20 de febrero de 2013 19:45



Unas notas o una crítica de Isolda Wagner.


Nació en Cuenca. Periodista; trabajó en los diarios Informaciones, Pueblo, ABC, El Independiente y colaboró en algunos internacionales como St Galler Tagblatt, realizando numerosos reportajes y entrevistas a los personajes más relevantes de la cultura y la política. En TVE, donde escribió, dirigió y presentó la serie "Está llegando la mujer". Es autora de los siguiente libros: El primer mensaje, Crónicas de una tristeza (premio González de Lama, otorgado por un jurado compuesto por Dámaso Alonso, Luis Rosales, Emilio Alarcos, Gamallo Fierros y Antonio Gamoneda)España de costa a costa (premio Costa del Sol) Los empresarios, El don desapacible, Terrenal y marina, Orestes murió en la Habana, La Gioconda llora de madrugada y la aún inédita, El nombre del padre.





Blogger Ana dijo...
Hola Mateo! No sé que pasó con el comentario que te dejé la semana pasada, pero se ve que no se llegó a ingresar. Te decía que es una alegría siempre para mi visitarte y descubrir nuevos artistas gracias a vos. Esta vez Elvira Daudet, me ha gustado mucho lo que leí de ella en la red.
Te dejo un poema que seleccioné:

NO ME PREGUNTES
Nunca sabré quien fui,
porque anduve perdida muchos años
persiguiendo tu sombra indescifrable
en noches pavorosas de negrura,
sin luna, farolas ni luciérnagas.

Despertaba a la orilla de mañanas
cada vez más remotas,
escasas y con la luz trufada de la tarde,
y me ponía en pie, pese al cansancio,
e iba tras la silvestre música de tu nombre.

Aferrada al ansia de encontrarte,
para andar más ligera me quité los zapatos,
me desvestí las ropas que acortaban mis pasos,
vacié los huesos de la médula
y me olvidé la vida en cualquier parte.


Es terrible olvidarse la vida por aferrarse vaya a saber a qué cosas. Podemos quebrarnos para siempre. Hay que cuidar esos huesos, nuestra esencia.


Un abrazo, amigo mío!!
5 de marzo de 2013 21:15
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