Bienvenido

Estás en una página de Mateo Santamarta.
Todos los textos y las obras que lleven mi
firma pueden ser difundidos libremente
siempre que no haya ánimo de lucro. Se
agradece el que se cite la autoría.







Translate

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Lope de Vega > tres poemas

Soledad, t. mx/papel, 1996, mateosantamarta.
...
Potro es gallardo, pero va sin freno.
Luis de Góngora
...
A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.
No sé que tiene la aldea
que con venir de mí mismo
no puedo venir más lejos.
Ni estoy bien ni mal conmigo,
mas dice mi entendimiento
que un hombre que todo es alma
está cautivo en su cuerpo.
Entiendo lo que me basta
y solamente no entiendo
cómo se sufre a sí mismo
un ignorante soberbio.
De cuantas cosas me cansan
fácilmente me defiendo
pero no puedo guardarme
de los peligros de un necio.
Él dirá que yo lo soy,
pero con falso argumento
que humildad y necedad
no caben en un sujeto.
La diferencia conozco
porque en él y en mí contemplo
su locura en su arrogancia, 
mi humildad en mi desprecio.
O sabe naturaleza
más que supo en este tiempo,
o tantos que nacen sabios
es porque lo dicen ellos.
"Solo sé que no sé nada"
dijo un filósofo, haciendo
la cuenta con su humildad,
adonde lo más es menos.
No me precio de entendimiento
de desdichado me precio,
que los que no son dichosos
¿cómo pueden ser discretos?
No puede durar el mundo,
porque dicen, y lo creo,
que suena a vidrio quebrado 
y que ha de romperse presto.
Señales son del juicio
ver que todos le perdemos
unos por carta de más, 
otros por carta de menos.
Dijeron que antiguamente
se fue la verdad al cielo;
tal la pusieron los hombres
que desde entonces no ha vuelto.
En dos edades vivimos
los propios y los ajenos;
la de plata los extraños
y la de oro los nuestros,
¿A quién no dará cuidado,
si es español verdadero,
ver los hombres a lo antiguo
y el valor a lo moderno?
Todos andan bien vestidos,
y quéjanse de los precios,
de medio arriba, romanos,
de medio abajo, romeros.
Dijo Dios que comería
su pan el hombre primero
en el sudor de su cara
por quebrar su mandamiento,
y algunos, inobedientes 
a la vergüenza y al miedo,
con las prendas de su honor
han trocado los efetos.
Virtud y filosofía
peregrinan como ciegos;
el uno se lleva al otro,
van llorando y pidiendo.
Dos polos tiene la tierra,
universal movimiento;
la mejor vida, el favor,
la mejor sangre, el dinero.
Oigo tañer las campanas
y no me espanto, aunque puedo,
que en lugar de tantas cruces
haya tantos hombres muertos.
Mirando estoy los sepulcros,
cuyos mármoles eternos
están diciendo sin lengua
que no lo fueron sus dueños.
¡Oh, bien haya quien los hizo,
porque solamente en ellos
de los poderosos grandes 
se vengaron los pequeños!
Fea pintan a la envidia,
yo confieso que la tengo
de unos hombres que no saben
quien vive pared en medio.
Sin libros y sin papeles,
sin trastos, cuentas ni cuentos,
cuando quieren escribir 
piden prestado el tintero.
Sin ser pobres ni ser ricos
tienen chimenea y huerto;
no los despiertan cuidados,
ni pretensiones ni pleitos;
ni murmuraron del grande
ni ofendieron al pequeño;
nunca, como yo, firmaron
parabién ni pascuas dieron.
Con esta envidia que digo
y lo que paso en silencio,
a mis soledades voy, 
de mis soledades vengo.
...
Silvio a una blanca corderilla suya
de celos de un pastor tiró el cayado
con ser la más hermosa del ganado.
¡Oh, amor!, ¿qué no podrá la fuerza tuya?
Huyó quejosa, que es razón que huya
habiéndola sin culpa castigado,
lloró el pastor buscando el monte y prado
que es justo que quien debe restituya.
Hallóla una pastora en esta afrenta, 
y al fin, la trajo al dueño, aunque tirano,
de verle arrepentido enternecida.
Dióle sal el pastor, y ella contenta
la tomó de la misma injusta mano,
que un firme amor cualquier agravio olvida.
...
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío
pasas las noches del invierno escuras
¡Oh, cuanto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el yelo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía:
¡Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía!
¡Y cuántas hermosura soberana:
Mañana le abriremos -respondía-,
para lo mismo responder mañana!
...
Lope de Vega



domingo, 7 de septiembre de 2014

Une saison en enfer > Una temporada en el infierno (Arthur Rimbaud)



"Jadis, si je me souviens bien, ma vie était un festin où s'ouvraient tous les coeurs, où tous les vins coulaient.
 Un soir, j'ai assis la Beauté sur mes genoux. - Et je l'ai trouvée amère. - Et je l'ai injuriée.
 Je me suis armé contre la justice.
 Je me suis enfui.Ô sorcières, ô misère, ô haine, c'est à vous que mon trésor a eté confié!
 Je parvins à faire s'évanouir dans mon esprit toute l'espérance humaine. Sur toute joie pour l'étrangler j'ai fait le bond sour de la bête féroce.
 J'ai appelé les bourreaux pour, en périssant, mordre la crosse de leurs fusils. J'ai appelé les fléaux, pour m'étouffer avec le sable, le sang. Le malheur a été mon dieu. Je me suis allongé dans la boue. Je me suis séché à l'air du crime. Et j'ai joué de bons tours à la folie.
 Et le printemps m'a apporté l'affreux rire de l'idiot.
 Or, tout dernièrement m'étant trouvé sur le point de faire le dernier couac! j'ai songé à rechercher le clef du festin ancien, où je reprendrais peut-ètre appétit.
 La cherité est cette clef. - Cette inspiratión preuve que j'ai rêvé!
 "Tu resteras hyène, etc...", se récrie le démon qui me couronna de si aimables pavots. "Gagne la mort avec tous tes appéttits, et ton égoïsme et tous les péchés capitaux."
 Ah! j'en ai trop pris:  - Mais, cher Satan, je vous en conjure, une prunelle moins irritée!  et en attendant les quelques petites lâchetés en retard, vous qui aimez dans l'ecrivain l'absence des facultés descriptives ou instructives, je vous détache ces quelques hideux feuillets de mon carnet de damné.
...
 En otro tiempo, si recuerdo bien, mi vida era un festín en el que todos los corazones se abrían, en el que todos los vinos corrían.
 Una noche, senté a la belleza en mis rodillas. - Y la encontré amarga. - Y la injurié.
 Me he armado contra la justicia.
 He huido. ¡Oh brujas, oh miseria, oh rencor, a vosotros fue confiado mi tesoro!
  He logrado  borrar de mi espíritu toda humana esperanza. Sobre toda alegría, para estrangularla, he ensayado la sorda acometida de la bestia feroz.
 He llamado a los verdugos para roer, mientras perecía, la culata de sus fusiles. He invocado las plagas para ahogarme con la arena, la sangre. La desgracia ha sido mi dios. Me he secado con el aire del crimen. Y he jugado buenas partidas con la locura.
 Y la primavera me regaló la risa horrible del idiota.
 Pero, hallándome hace poco a punto de entonar el último "gallo", se me ocurrió la idea de buscar la clave del antiguo festín, donde quizá recuperase el apetito.
 La caridad es esa llave. - Esta inspiración muestra que he soñado!
 "Seguirás siendo hiena, etc..." exclama el demonio que me coronó con tan agradables amapolas. "Gana la muerte con todos tus apetitos y tu egoísmo y todos los pecados capitales".
 Ah!, demasiado harte estoy de eso: - Pero, querido Satán, yo te conjuro: !una pupila menos irritada! Y, a la espera de algunas pequeñas infamias pendientes, para ti, que prefieres en el escritor la ausencia de facultades descriptivas o instructivas, arranco estas pocas hojas horribles de mi carnet de condenado.
 ARTHUR RIMBAUD