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domingo, 22 de agosto de 2010

Van Gogh: el suicidado de la sociedad (Antonin Artaud)





Artaud después de su internamiento (tiene unos cincuenta años!!!)



Artaud en la época surrealista



Vincent van Gogh: El puente de Langlois con dama con paraguas (detalle)


Extractar fragmentos de un libro denso y con múltiples variables es una tarea un poco arbitraria y caprichosa, pues todo en él tiene un máximo interés. Sólo pretendo incitar a su lectura.
Cualquier otro fragmento tendría una intensidad similar.



Vincent van Gogh: Autorretrato con la oreja vendada (detalle)


Puede hablarse de la buena salud mental de van Gogh, que en toda su vida sólo se hizo asar una mano, y fuera de esto, no pasó de cortarse la oreja izquierda en una ocasión,/.../

/.../ no existe delirio en pasearse de noche con un sombrero coronado por doce velas para pintar un paisaje del natural;
pues ¿cómo se las hubiera arreglado el pobre van Gogh para iluminarse?, como hace unos días apuntaba con tino nuestro amigo el actor Roger Blin.
En lo tocante a su mano asada se trata de heroísmo puro y simple,
y en cuanto a la oreja cortada, no es más que lógica directa,
y, lo repito,
un mundo que de día y de noche, y cada vez más, come lo incomible,
para que su maléfica voluntad alcance sus fines,
sobre esta cuestión no tiene otra alternativa
que cerrar el pico. ( de la INTRODUCCIÓN)



Vincent van Gogh: Autorretrato (detalle)



Dos autorretratos y el inspector del manicomio de Saint-Remy



Vincent van Gogh: Retrato del Doctor Gachet (detalle)


/.../Así es como una sociedad tarada inventó la psiquiatría, para defenderse de las investigaciones de algunas inteligencias extraordinariamente lúcidas, cuyas facultades de adivinación le molestaban /.../

/.../el cuerpo de Van Gogh exento de todo pecado también estuvo exento de la locura que, además, sólo nace del pecado.
Y no creo en el pecado católico,
pero creo en el crimen erótico del que precisamente todos los genios de la tierra,
los auténticos alienados de los manicomios se han preservado,
o, de lo contrario, es que no eran (auténticamente) alienados.
Y ¿qué es un alienado auténtico?
Es un hombre que prefirió volverse loco, en el sentido socialmente admitido, antes que prevaricar contra determinada idea superior del ser humano./.../ (de la INTRODUCCIÓN)



Vincent van Gogh: Ramas de almendro en flor (detalle)


Van Gogh no murió a causa de un estado de delirio particular,
sino porque corporalmente fué el campo de acción de un problema en torno del que el espíritu inicuo de esta humanidad se debate desde los orígenes.
El problema del predominio de la carne sobre el espíritu, del cuerpo sobre la carne, o del espíritu sobre ambos.
Y, en ese delirio, ¿dónde está el lugar del yo humano?
Van Gogh buscó el suyo durante toda su vida con una energía y una determinación singulares,
y no se suicidó en un ataque de locura, por la angustia de no llegar a encontrarlo,
sino al contrario, acababa de encontrarlo, y de descubrir qué era y quién era él mismo, cuando la conciencia general de la sociedad, para castigarle por haberse separado de ella,
le suicidó. /.../ (de POST-SCRIPTUM)



Vincent van Gogh: Noche estrellada (detalle)


Hacía mucho tiempo que la pintura lineal pura me enloquecía cuando descubrí a van Gogh, que no pintaba lineas o formas, sino cosas de la naturaleza inerte como agitadas por convulsiones.
E inertes.
Como bajo el terrible embate de esa fuerza de inercia a la que todos se refieren con medias palabras, y que nunca ha sido tan oscura como desde que la totalidad de la tierra y de la vida presente se combinaron para esclarecerla.
Ahora bien, son mazazos, realmente mazazos lo que van Gogh aplica sin cesar a todas las formas de la naturaleza y a los objetos.
Cardados por el punzón de van Gogh,
los paisajes exhiben su carne hostil,
la rabia de sus entrañas reventadas,
que por lo demás, no se sabe qué fuerza insólita está metamorfoseando.



Vincent van Gogh: Matas de lirios


Una exposición de cuadros de Van Gogh siempre es una fecha en la historia,
no en la historia de las cosas pintadas, sino pura y simplemente en la historia histórica.
Pues no hay hambre, epidemia, erupción volcánica, terremoto, guerra que doblegue las mónadas del aire, que retuerza el pescuezo a la cara torva de fama fatum, el destino neurótico de las cosas,
como una pintura de Van Gogh, -expuesta a la luz del día,
colocada directamente ante la vista,
el oído, el tacto,
el aroma,
en las paredes de una exposición,-
renovada, por fin, lanzada a la actualidad cotidiana, puesta en circulación de nuevo. (de EL SUICIDADO DE LA SOCIEDAD)



Vincent van Gogh: La habitación de van Gogh en Arlés



Vincent van Gohg: La silla de Gauguin


/.../Una candela sobre una silla, un sillon de paja verde trenzada,
un libro sobre el sillón,
y ya está aclarado el drama.
¿Quién va a entrar?
¿Será Gauguin u otro fantasma?

La candela encendida sobre el sillón de paja verde indica, según parece, la linea de demarcación luminosa que separa las dos individualidades antagónicas de Van Gogh y Gauguin.
Relatado, el motivo estético de su disputa quizá no ofreciera gran interés, pero serviría para señalar una fundamental escisión humana entre los temperamentos de Van Gogh y Gauguin.
Creo que Gauguin pensaba que el artista debe buscar el simbolo, el mito, agrandar las cosas de la vida hasta el mito,
mientras que van Gogh pensaba que hay que saber deducir el mito de las cosas más pedestres de la vida./.../ (de EL SUICIDADO DE LA SOCIEDAD)

Los textos están entresacados de la traducción de Ramón Font editada por Fundamentos.



Vincent van Gogh: La silla de van Gogh